La inversión inmobiliaria es considerada una de las inversiones con más futuro y menos riesgo debido a su rentabilidad. Si a esto le sumamos que la demanda de viviendas de alquiler es cada vez mayor y que el precio de estas propiedades es relativamente alto, encontramos en este tipo de inversiones ganancias aseguradas.
Pero un aspecto importante es saber calcular la rentabilidad de un inmueble, para que de esta manera podamos medir cómo de ventajosa será la inversión que vayamos a realizar.
Entonces, ¿qué es la rentabilidad inmobiliaria y cómo sabemos cuándo es buena?
¡Sigue leyendo para descubrirlo!
La rentabilidad es un porcentaje que expresa el beneficio obtenido de una inversión, y se mide en función de las pérdidas y ganancias experimentadas sobre la cantidad de dinero que se haya invertido.
Por ejemplo: si el coste de un producto es de 1.000€ y lo acabas vendiendo por 1.400€ entonces tendrías un margen de ganancias de 400€, que sería el beneficio obtenido por la inversión.
En el caso de la rentabilidad inmobiliaria es importante tener en cuenta si se trata de una propiedad en venta o una que tendrás alquilada, además de los costos de mantenimiento y otros gastos de servicio.
Para saber calcular la rentabilidad, es fundamental comprender algunos conceptos clave, como las diferencias que existen entre rentabilidad bruta y neta.
La rentabilidad bruta es aquella que sólo tiene en cuenta los beneficios obtenidos del alquiler y el precio de venta de la vivienda en alquiler. No tiene en cuenta el resto de costes que ha supuesto.
Por ejemplo: Has comprado un piso que cuesta 250.000€ y lo has alquilado por 800€ al mes. Para hacer el cálculo de la rentabilidad bruta tendrás que tener en cuenta ambas variables:
Ingresos brutos por un año de alquiler a 12 meses x 800€ al mes = 9600€ anuales
Ingresos brutos / precio de la vivienda x 100 = 9600€ anuales / 250 000€ que ha costado el piso x 100 = 3,84 % de rentabilidad bruta
A diferencia de la rentabilidad bruta, la rentabilidad neta sí tiene en cuenta los gastos anuales asociados al inmueble, además de su coste y los ingresos anuales. Los gastos que se tienen en cuenta son los siguientes:
Siguiendo con el caso anterior, tenemos los siguientes gastos:
Comunidad: 70€ al mes.
IBI: 200€ al año, 16,67€ al mes.
Gestión del alquiler: 41,25€ al mes.
Seguros y mantenimiento de la vivienda: 50€ al mes.
Precio de la vivienda: 250 000€
Ingresos brutos por alquiler al año: 800 x 12 = 9600€
Gastos del alquiler anuales: 70 + 16,67 + 41,25 + 50 = 177,92 x 12 = 2135,04€
Ingresos netos: 9600 – 2135,04 = 7464,96€
Rentabilidad neta: 7464,96 / 250 000 x 100 = 2,98 %
Al igual que todas las inversiones financieras, una inversión inmobiliaria sirve principalmente para acumular capital. Invertir en bienes inmuebles siempre puede salir provechoso, aunque es cierto también que existen inversiones más fructíferas que otras.
Según el Banco de España, actualmente una buena inversión es aquella que tiene entre un 4% y un 7% de rentabilidad neta.
Después de estudiar lo que es la rentabilidad en una inversión, y cómo se calcula cada una de ellas, podemos decir sin duda que la más importante y decisiva en las inversiones es la rentabilidad neta. Para toda inversión, hay que tener en cuenta todos los costes asociados a ella y los factores que pueden influir en que su rentabilidad sea más alta o más baja.
Invertir en inmuebles es ahora una de las opciones más rentables para sacar rentabilidad, y puedes comprobarlo por ti mismo lanzándote al mundo de la inversión. Ahora tienes dos opciones, aprender a cómo hacer una buena inversión inmobiliaria o dejar todo este arduo trabajo y estudio y empezar a invertir en inmuebles con Reental
¿A qué esperas?